La Buena Semilla: Jueves 3 Abril
Jueves
3
Abril
Sabiendo que fuisteis rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
1 Pedro 1:18-19
El Cordero que debía morir

Después de una hambruna, el pueblo de Israel fue esclavizado en Egipto. Dios quería liberarlo y llevarlo a la tierra que él había preparado para ellos. Entonces les ordenó matar y comer un cordero sin defecto (la pascua); asimismo debían tomar la sangre del animal y ponerla como señal en los postes de sus puertas (Éxodo 12:3-13).

Llegado el momento, esa noche, las familias que sacrificaron el cordero y pusieron su sangre alrededor de su puerta no sufrieron ninguna tragedia. Pero en las familias en las que no se tuvo en cuenta el mandamiento de Dios, el hijo mayor murió.

Este hecho prefigura la salvación que Dios ofrecería más tarde a toda la humanidad para salvarla del castigo que merecía a causa del pecado. El Cordero del sacrificio es Jesús, quien murió por nosotros en Jerusalén el día de la celebración de la pascua judía. ¡Cristo sacrificado es nuestra verdadera pascua!

– El cordero sin defecto debía estar en la casa durante cuatro días. Los contemporáneos de Jesús pudieron observar la perfección de su vida como hombre, y Dios declaró: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 17:5).

– El cordero fue sacrificado: un animal debía morir para salvar a un ser humano. Pero para salvarnos del castigo eterno, Dios sacrificó a su único Hijo.

– Era necesario comer ese cordero. Nosotros «comemos el Cordero» cuando creemos que la muerte de Jesús nos da la vida eterna. Estaremos «protegidos por la sangre del Cordero», porque Dios no castigará a quien haya puesto su confianza en él.

Ezequiel 27 – Gálatas 4 – Salmo 38:15-22 – Proverbios 12:25-26