Este es el título de un libro en el cual se busca la respuesta a esta pregunta en la ciencia o en la relación del hombre con la madre tierra. Muchos científicos solo ven el azar y el destino en la historia de la vida y del universo. Otras personas, demasiado ocupadas para pensar en ello, no se plantean esta pregunta.
El creyente se apoya en la revelación que Dios hace en la Biblia, y confía en sus afirmaciones. El Dios Eterno, Creador de los cielos, de la tierra, de los hombres y de los ángeles, quiso revelarse a través de la creación. “Los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmo 19:1). Su poder, su sabiduría y bondad se ven en lo que ha hecho. El mundo es también la esfera donde Dios muestra su amor.
El bien y el mal, el amor y el odio, la verdad y la mentira, están presentes en la sociedad. Dios reveló el bien perfecto en Jesús, su Hijo, quien vino como hombre a la tierra. En Jesús el amor triunfó sobre el odio y el mal. Su muerte en la cruz da vida a los que creen que Jesús quiere y puede salvarlos. Desgraciadamente, el que lo rechaza permanece “muerto” en sus pecados, sin una relación viva con Dios, y se enfrenta al juicio.
Para el creyente, esta nueva vida, recibida por gracia, es la vida de Jesús resucitado: la vida eterna. Como Jesús ascendió al cielo, todos los creyentes serán reunidos allí. Esta esperanza llena los corazones de los que esperan a Jesús. Sí, el mundo tiene sentido. Dios vino por medio de Jesús, e invita a todos los seres humanos a volverse a él, para tener un futuro glorioso.
Jonás 3-4 – Marcos 4:21-41 – Salmo 50:1-6 – Proverbios 14:21-22