La Buena Semilla: Miércoles 30 Abril
Miércoles
30
Abril
Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
Hebreos 9:27
Ahora… ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
Romanos 8:1
La puerta de la eternidad

Nadie escapa a la perspectiva de la muerte. La Biblia la define sencillamente como “la paga del pecado” (Romanos 6:23). Nos muestra la razón por la cual todos los hombres mueren: porque “todos pecaron” (Romanos 3:23). También afirma que después de la muerte viene el juicio (versículo de hoy). En este sentido, la muerte se acerca a nosotros como un agente judicial que viene a entregarnos una citación para comparecer ante un tribunal. Esta perspectiva, ¿no debería inducirnos a poner nuestra vida en orden con Dios? ¡Cada uno de nosotros tiene ante Dios una deuda tan grande que no puede pagarla!

Pero Jesucristo vino a pagar en nuestro lugar. Sufrió en la cruz el juicio que yo merecía. Si creo en su sacrificio hecho por mí, Dios me concede su gracia. Me da un comprobante en el que consta que mi deuda está saldada. Es urgente tenerlo antes de la muerte y, sobre todo, no despreciar este don de Dios.

Sin este documento de gracia tendré que comparecer ante el Juez Supremo para responder por mis pecados y oírle pronunciar mi condena.

Para el creyente, la muerte es como una puerta del cielo que le lleva cerca de Jesús. Su cuerpo descansa en la tierra, esperando la resurrección, pero su alma es llevada al paraíso, a la presencia del Buen Pastor, que lo cuidó durante su vida.

El creyente no espera la muerte, sino a Jesús mismo, quien pronto vendrá por los suyos. Vivamos con esta expectativa, pensando en su gozo cuando finalmente reúna a los que ha amado y salvado.

1 Reyes 1:1-27 – Marcos 5:1-20 – Salmo 50:7-15 – Proverbios 14:23-24