«¿Qué creo? ¡Dejémonos de rodeos! No creo que el universo sea simplemente el resultado del azar y de una necesidad. Digámoslo de una vez por todas, creo que hay un plan para el universo y un orden de las cosas. Se desarrollan en la historia y su significado se nos escapa». Estas líneas de Jean d’Ormesson nos llevan a la pregunta: ¿La historia tiene sentido? La historia es solo una sucesión de conflictos y guerras entre naciones para dominar el mundo. ¿Será siempre así?
En la Biblia, Dios revela su plan a los que quieren creer en él. Nos da a conocer “el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Efesios 1:9-10). En las distintas épocas de la humanidad, el hombre ha demostrado su incapacidad para administrar la tierra. La violencia, la inmoralidad, la injusticia producen sus tristes consecuencias… Pero Dios tenía un plan que quiso llevar a cabo por medio de su Hijo Jesucristo. Hace 2000 años Cristo vino a la tierra; los hombres lo crucificaron, pero su resurrección demostró que él era el Hijo de Dios (Romanos 1:4). Aunque el hombre no sea capaz de percibirlo, su venida a la tierra cambió el curso de la historia. Jesús estableció un reino, oculto en el cielo hasta ahora. Pero pronto vendrá a establecer ese reino en la tierra, ante los ojos de todos. Sus enemigos serán juzgados. Solo los que hayan creído en Jesús compartirán con él su gloria. ¿Es este su caso?
Ezequiel 26 – Gálatas 3 – Salmo 38:9-14 – Proverbios 12:23-24