Todas las religiones tienen como propósito ofrecer un camino para ir a Dios. Los caminos difieren, pero generalmente proponen acercarnos a Dios mediante esfuerzos personales, alzarnos hacia Dios, suponiendo que esto fuera posible.
¡El mensaje de Jesús es muy diferente! No nos pide adoptar o practicar una religión, sino que nos ofrece gratuitamente la posibilidad de tener una verdadera relación con Dios.
La Biblia dice que debido a nuestros pecados todos merecemos la condenación divina; y por nuestros propios esfuerzos no podemos escapar de esta condenación. Entonces Dios abrió el camino hacia nosotros: para liberarnos, vino en la persona de Jesucristo, quien murió en nuestro lugar. Así, pues, Dios me concede su perdón, si creo que Jesús murió por mis pecados.
¡No despreciemos esta gracia divina que le costó tan caro! El apóstol Pablo escribió: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4).
Dios nos llama a cada uno de nosotros. Hoy lo hace por medio de este corto mensaje, pues nos ama y quiere hacer de nosotros sus hijos.
Jesús dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Isaías 34 – 2 Pedro 3 – Salmo 47 – Proverbios 14:9-10