La Buena Semilla: Miércoles 20 Abril
Miércoles
20
Abril
Cosas que ojo no vio… Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
1 Corintios 2:9-11
¡No basta con ser inteligente!

La inteligencia es una facultad extraordinaria que Dios dio al hombre. Gracias a ella ha podido avanzar en el conocimiento del universo y en las creaciones técnicas más complejas. Por medio de la inteligencia, al contemplar la naturaleza, podemos conocer la existencia de Dios y discernir “las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad” (Romanos 1:20).

Sea como sea, el hombre no deja de ser una criatura, un ser limitado. Es incapaz de discernir la verdadera naturaleza del Dios infinito: amor, luz y santidad. Y es más incapaz todavía cuando decide vivir sin Dios, independientemente de lo que Él es y de Su voluntad.

Entonces Dios se reveló a los hombres hablándoles en su lenguaje humano. Lo hizo progresivamente: hombres de fe recibieron y transmitieron el conocimiento del único y verdadero Dios. Luego se reveló completamente enviando a su Hijo, Jesucristo, a la tierra. Ahora, por medio de su Espíritu y de la Biblia, se revela a nuestro corazón y a nuestra conciencia.

La Palabra de Dios no se impone a nosotros mediante una demostración argumentada, intelectual. Ella nos presenta a una persona: Jesucristo, Dios mismo hecho hombre, santo y sin pecado, quien nos amó y se entregó por nuestros pecados. Es un Salvador vivo, el único que puede ponernos en relación con Dios, a quien nos reveló como Padre. Esta revelación es hecha a los “niños”, y no a los sabios y entendidos (Mateo 11:25).

Isaías 30-31 – 1 Pedro 5 – Salmo 46:1-3 – Proverbios 14:3-4