La Buena Semilla: Sábado 16 Abril
Sábado
16
Abril
Acuérdate, oh Señor, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Señor.
Salmo 25:6-7
Jesús condenado a muerte (2)
Leer Lucas 23:39-43

En la colina se veían tres cruces. Jesús fue crucificado entre dos malhechores que, al principio, lo injuriaban. Luego uno de ellos cambió de actitud porque reconoció que Jesús estaba sufriendo un castigo no merecido. ¿Este cambio se produjo debido a la oración de Jesús por sus enemigos? El evangelio no lo dice, pero sí nos cuenta lo que dijo este hombre crucificado que defendió a Jesús, solo contra todos. Escuchaba las burlas, y veía a Jesús reducido, en apariencia, a una impotencia total. Sin embargo, inesperadamente, se dirigió a él con confianza: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (v. 42). Ese crucificado, que iba a morir, tuvo la mirada lúcida de la fe, es decir, discernió en Jesús al rey que iba a volver.

La respuesta de Jesús fue inmediata: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (v. 43). En las palabras del Salvador no había ni un atisbo de duda con respecto al futuro del ladrón.

El malhechor comprendió que sus pecados no eran una barrera para ir a Jesús. Esta es la fe: creer en el amor de Dios, que dio a su Hijo para expiar todos nuestros pecados. Por amor a los pecadores Jesús aceptó ser castigado y puesto, como este ladrón, en ese lugar de vergüenza y sufrimiento, para salvarlo y abrirle las puertas del paraíso de Dios.

Si nuestra conciencia es despertada para reconocer nuestros pecados, nuestros ojos serán abiertos para discernir la grandeza y la belleza moral del Salvador.

Isaías 26 – 1 Pedro 2:1-10 – Salmo 44:17-26 – Proverbios 13:20-21