El cristiano está en un país enemigo en el mundo, pues Satanás es el príncipe del mundo. Él debe estar listo para enfrentarse a las “huestes espirituales de maldad” que se manifiestan permanentemente en su vida cotidiana.
Tres actitudes son indispensables para vencer:
1. Fortalecerse “en el Señor”, sabiendo que él obtuvo la victoria sobre todas las fuerzas del mal y que tiene el poder para guardarnos. Debemos “estar firmes” en todo lo que sabemos que es bueno según Dios.
2. Vestir “toda la armadura de Dios”. Las seis piezas de esta armadura son necesarias para mantener un buen estado moral en el creyente. Evocan seis cualidades espirituales:
– fundar sus pensamientos en las verdades bíblicas (el cinturón),
– ser justo, honesto y recto en la vida cotidiana (la coraza),
– estar preparado para andar en paz en medio del desasosiego del mundo (el calzado),
– tener fe en Dios, quien está por encima de todo y nos ama (escudo),
– saber que Jesús nos salvó y nos librará (el casco o yelmo),
– conocer la Palabra de Dios para poder citarla y resistir al mal (la espada).
3. Estar unido al Señor mediante la oración, nuestro sostén en el combate. La oración, séptimo elemento de la armadura, debe ser manejada con celo. Debemos orar con discernimiento, por “el Espíritu”, estando atentos a la voluntad del Señor. Por último, es necesario perseverar, es decir, “orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1).
Jeremías 37 – 1 Corintios 12 – Salmo 103:19-22 – Proverbios 22:22-23