El Señor está cerca: Lunes 15 Enero
Lunes
15
Enero
Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.
Marcos 9:34
¿Qué es la verdadera grandeza a los ojos de Dios?

Con una simple pregunta, el Señor llegó a la conciencia de sus discípulos y descubrió la raíz de gran parte de su debilidad. En el camino habían estado discutiendo entre ellos, y el tema de su discusión era quién debía ser el mayor. ¡Ay! Desde aquel día, cuántas veces el deseo de ser el mayor ha sido la verdadera raíz de muchas disputas entre el pueblo de Dios. Independientemente de cuál sea el tema particular que se discute, este solo resulta ser una excusa para tapar la gran cantidad de ego que hay en el corazón. El yo no solo quiere ser grande, sino que quiere ser “el mayor”. Si un creyente quiere ser el mayor, tarde o temprano esto culminará en una disputa, en la que el más mínimo desliz de un hermano será utilizado para menospreciarlo y exaltar el yo. El solo hecho de que los discípulos pensaran en quién debía ser el mayor, demuestra lo poco que comprendían la verdad del reino de Dios. Del mismo modo, en nuestros días podemos caer en la trampa prominencia en la Iglesia. Esto es lo que hicieron los corintios por medio de dones y métodos carnales.

Sin embargo, aunque los creyentes puedan tener diferencias entre sí, ellos deben buscar mantener la paz en la presencia del Señor. Podemos estar seguros que cuando los creyentes comienzan a disputar entre ellos, ya no están conscientemente en la presencia del Señor.

La falta de corazón de los discípulos los hizo buscar su propia grandeza justo cuando Jesús acababa de recordarles que estaba a punto de morir. Sin embargo, él no se levantó indignado para abandonarlos, sino que los instruyó con delicadeza acerca del camino de la verdadera grandeza. Si alguien desea ser el primero en el reino, que sea el último en el camino que lleva a la gloria; que se convierta en “siervo de todos”. Podemos estar preparados a veces para servir a una que otra gran persona, o a algún creyente muy piadoso, y enorgullecernos al hacerlo; pero ¿estoy preparado para ser “siervo de todos”?

Hamilton Smith