Actualmente existen personas y movimientos cristianos que no anuncian el Evangelio en su integridad. Es imposible comprender el plan de Dios para el hombre, su amor y su gracia, si se omiten puntos fundamentales. Toda la verdad debe ser anunciada, en especial lo siguiente:
– “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
– “El que cree en el Hijo (de Dios) tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
– Todos los que creen son “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24).
– ¿Cómo podemos conciliar la idea de un Dios de amor con la noción de la ira divina? “Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20).
Es cierto que Dios no oculta el pecado, ni su justicia, pero nos ofrece una salvación gratuita. ¡Qué maravillosa perspectiva nos revela el Evangelio! Pero, ¿por qué tanta gracia? En la cruz, la ira del Dios santo cayó sobre Jesús, el hombre perfecto. Jesús fue condenado en nuestro lugar y expió todos nuestros pecados. Él sufrió y murió por nosotros, “el justo por los injustos” (1 Pedro 3:18). “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9).
¡Tal es el fundamento del Evangelio de la gracia!
Habacuc 2 – Tito 1 – Salmo 108:7-13 – Proverbios 24:11-12