A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
¿Duda de la existencia de Dios porque cree que no hay pruebas de ello? Pero sí que las hay. Primero, el universo cuenta “la gloria de Dios”. La Biblia también lo demuestra por medio de hechos reconocidos y comprobados. 700 años antes de Cristo, el profeta Isaías anunció que Dios daría una señal a su pueblo: una virgen daría a luz un niño que se llamaría Emanuel, “Dios con nosotros”. Y este hombre, Jesús, moriría para expiar los pecados de su pueblo (Isaías 7:14; 53). Los evangelios afirman que Jesús, acusado de presentarse como el Hijo de Dios, fue crucificado. Durante su vida en la tierra, muchos testigos hablaron de sus milagros: sanó enfermos, caminó sobre el agua, resucitó muertos… Pero hay algo todavía más extraordinario. Jesús fue crucificado y dio su vida voluntariamente, entregando su espíritu a Dios. Un oficial romano, que presenció su muerte, declaró: “Verdaderamente este era Hijo de Dios” (Mateo 27:54). Y no se equivocó, pues Jesús había dicho: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar” (Juan 10:17-18). Sí, ¡Jesús resucitó! ¡Su tumba está vacía! Más de 500 personas vieron a Jesús vivo, algunos incluso comieron con él. Estos testigos no tenían absolutamente nada que ganar declarando estos hechos, al contrario, tuvieron que sufrir el desprecio y la persecución…
¿Todavía duda? Si usted cree en Dios, manifestado en la persona de Jesús, él será su Padre.