Un preso recibía cada año este devocional, pero nunca leía ni siquiera una página; sencillamente lo guardaba junto con sus demás libros en su celda.
Debido a unos hechos graves que había cometido, fue aislado con prohibición total de visitas, comunicación con otros presos, y solo se le autorizó a tener un libro, el cual pidió a su familia. Su madre le envió un calendario como el que usted tiene en sus manos, y al recibirlo, inmediatamente se dio cuenta de que se trataba de aquel pequeño libro que había despreciado durante mucho tiempo. Sabía que en él había pasajes de la Palabra de Dios. Por primera vez lo leyó con detenimiento y encontró la salvación de su alma por la fe en Cristo Jesús.
Dios es paciente con el hombre y se compadece de él. El hombre es indiferente a Dios pero él no se enoja, sino que trabaja en su corazón por más duro que sea, a veces durante muchos años. Su bendita Palabra, al igual que un martillo, dará todos los golpes que sean necesarios hasta quebrantar el duro corazón.
Amigo lector, no espere llegar a situaciones extremas para rendir su vida a Cristo. Crea en Él, recíbale hoy mismo como su Salvador. Él dio su vida en la cruz por usted y durante mucho tiempo estuvo esperándole. Su sangre preciosa que derramó le limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 4:7). “Por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Romanos 2:5).
Hageo 1 – Apocalipsis 10 – Salmo 143:7-12 – Proverbios 30:5-6