George Frederick Haendel nació en Alemania en 1685. Desde muy temprana edad mostró un gran talento por la música. Muy pronto tuvo éxito, viajó por Europa y finalmente se instaló en Londres.
Su obra más famosa es «El Mesías». Durante 40 años escribió música majestuosa para los reyes, las reinas, los grandes de Inglaterra. Pero poco a poco fue dejado de lado y se encontró con el fracaso y la enfermedad.
Desanimado, Haendel acudió a su amigo Charles Jennens, quien le envió una serie de versos bíblicos para que les pusiera música. Los acompañó con una carta que decía: «El Señor nos ha dado la orden». Al principio Haendel se negó a trabajar con ellos… Sin embargo, leyó algunos versículos y quedó cautivado por su mensaje. Habría exclamado: «¡Sí, yo sé que mi Redentor vive! ¡Gozo! ¡Gozo! Aleluya». Entonces se encerró en su habitación el 22 de agosto, y solo salió, exhausto, el 14 de septiembre: «El Mesías», su obra maestra, ¡fue compuesta en 24 días!
La recaudación del primer concierto del «Mesías» fue destinada para los presos y los enfermos. Haendel dirigió más de 30 conciertos en beneficio del Hospital de niños desamparados.
Murió el sábado de Pascua de 1759, día del aniversario de la primera presentación del «Mesías». Sus últimas palabras fueron: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».
Eclesiastés 9 – Apocalipsis 3:7-22 – Salmo 139:19-24 – Proverbios 29:17-18