La Buena Semilla: Sábado 25 Junio
Sábado
25
Junio
¿No has sabido… que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Isaías 40:28
Las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas.
Romanos 1:20
El proyecto del Creador

“Quiero conocer los pensamientos de Dios; el resto solo son detalles”, dijo Albert Einstein a uno de sus estudiantes.

El estudio del universo había revelado a ese sabio excepcional la coherencia y la inteligencia que rigen las leyes del universo. Einstein no creía en el azar, sino en un Dios creador. Por ello trataba de penetrar en el pensamiento o la intención de Aquel que había establecido tal armonía.

Como ese sabio, preguntémonos cuál es el objetivo que Dios persigue a través de la obra maestra de la creación, de la cual formamos parte. Sin duda no sabremos responder mejor que Einstein. Pero la pregunta más inmediata e importante es: ¿Cuál es la voluntad de Dios para mí? La Biblia es clara: el objetivo de Dios es establecer una relación estrecha con el hombre a quien creó. Cada uno es invitado a conocerlo no solo como el creador, sino como el Dios que quiere liberar al hombre perdido. Él dio a su Hijo Jesucristo para salvar a todos los que se reconocen como tales. Al venir a la tierra Jesús reveló que el autor del universo también es el Dios Salvador: su amor invita a cada uno a acercarse a él.

Dios no nos creó para luego abandonarnos. Él conoce a cada uno, pues creó al hombre a su semejanza (Génesis 5:1).

El pensamiento de Dios es importante para nosotros, eso es innegable. Crea en Jesucristo, quien murió para salvarle del juicio eterno.

Números 7 – 2 Timoteo 1 – Salmo 75 – Proverbios 18:2-3