La Buena Semilla: Miércoles 15 Junio
Miércoles
15
Junio
Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
2 Corintios 8:9
La bendición del Señor es la que enriquece.
Proverbios 10:22
¡No soy pobre, sino rico!

Un capellán de prisión cuenta lo siguiente:

«A principios del siglo 20, en un momento de crisis demencial causada por ingerir alcohol, Ernest mató a su compañero de fábrica, quien además era su mejor amigo. Un pastor lo visitó en la cárcel y le dio un Nuevo Testamento, pero Ernest no le dio ninguna importancia. Su mujer, que era cristiana, le aconsejó leerlo para “encontrar en él el perdón y la paz”. Por la gracia de Dios, la luz resplandeció en él. Como estaba condenado a muerte, solo tenía la perspectiva de ser ahorcado. Sin embargo, parecía tan sereno que sus guardias se sorprendieron. Su pena de muerte fue cambiada en cadena perpetua, y fue trasladado a la colonia penal de la Guyana francesa.

Allí los guardianes dieron testimonio de su buena conducta y de la ayuda que prodigaba a su alrededor. Sus compañeros lo envidiaban porque se le veía muy feliz. Todo el mundo sabía que leía la Biblia todos los días; él no perdía ninguna ocasión para evangelizar y enseñar a sus compañeros de prisión.

– Ese preso me hace bien incluso a mí, decía el capellán, quien un día lo trató con compasión diciéndole “¡pobre Ernest!”.

Ernest respondió: -No diga “pobre, sino rico”, señor capellán. Soy rico desde que entregué mi corazón a Dios. Si saliendo de la cárcel tuviese que perder a Dios, preferiría quedarme en la cárcel… El capellán declaró más tarde: -Raramente asistí a semejante triunfo del Evangelio».

Levítico 25:1-28 – Efesios 4:1-16 – Salmo 71:7-11 – Proverbios 17:11-12