“Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:5). “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18). – “Yo (Jesús) os digo: Amad a vuestros enemigos… orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). – “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no” (Mateo 5:37). – “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros” (Efesios 4:32). – “Cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido” (Efesios 5:33). – “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12). – “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).
Tal vez usted diga: -¡No vaya más lejos! Nunca lo lograré. ¡Puedo pensar que un mundo así, el que Dios quiso, sería hermoso, pero está más allá de mis fuerzas!
– Reconocerlo es dar el primer paso para entrar en ese mundo que usted sabe que es hermoso.
– No, ¡es imposible hacerlo solo!
– Tiene razón; entonces, tienda la mano a Jesús. Él nunca deja en la incertidumbre a quien confiesa su incapacidad para obedecer a Dios. Él escucha esta confesión; y si usted cree que Jesús murió por sus pecados y resucitó, él le responderá, lo perdonará y le dará la vida eterna. Mediante esta nueva vida, y debido a su amor, somos capaces y felices de obedecerle.
Números 24 – Lucas 4:16-44 – Salmo 83:9-18 – Proverbios 19:13-14