Vivimos en un mundo en decadencia moral. Las nociones de familia, honestidad y amistad se pierden. A la gente hastiada y desorientada, la sociedad le propone distracciones superficiales, juegos de azar, videojuegos, placeres que terminan convirtiéndose en adicciones, toda clase de esclavitud. Todo es falso y no hay nada para el corazón. ¿Puede haber algo más insoportable que un corazón vacío? Ninguna diversión del mundo puede llenarlo.
En contraste con la destrucción que alcanzará a todo lo que es perecedero, la Biblia nos presenta otra perspectiva, un camino abierto desde ahora, el único camino de la salvación.
Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Vale la pena escuchar sus palabras.
Quizás usted también escuche la voz de los burladores, que alzan los hombros y nos preguntan: “¿Dónde está su Dios? ¿Quién volvió del más allá para informarle qué hay después de la muerte?”. Los que vieron a Jesús resucitado declararon: “Ha resucitado el Señor verdaderamente” (Lucas 24:34).
Los que no creen tendrán que reconocerlo un día, pero entonces será demasiado tarde…
¿Por qué, en ciertos países, algunos cristianos perseguidos prefieren la cárcel o la tortura antes que negar su fe, cosa que les abriría la puerta de la libertad? Prefieren escuchar a Dios y obedecerle en vez de someterse a los hombres. Tales testigos honran a Dios, y él los recompensará.
1 Crónicas 6:1-48 – Lucas 9:21-43 – Salmo 88:1-7 – Proverbios 20:2-3