Muchas personas están inquietas en un mundo cada vez más peligroso. Sin oscurecer el panorama, vemos que el mundo actual está en total desorden, en plena deriva. Asistimos a una explosión de violencia e inmoralidad, poderosamente difundida por los medios de comunicación, hasta en la intimidad de los hogares. Muchos se preguntan: “¿A dónde vamos? ¿Qué pasará con el mundo dentro de unos años?”. Las costumbres de nuestra época se degradan rápidamente: lo que hasta ahora era llamado “mal”, es aceptado e incluso a veces se legaliza.
La Biblia, la Palabra de Dios, anuncia tiempos de desviaciones morales, en los cuales los hombres no solo llamarán al mal bien, sino también al bien mal (Isaías 5:20). Nos advierte que los juicios serán necesarios para erradicar todo el mal. Sin embargo, aún hoy, Dios tiene paciencia. Su bondad “te guía al arrepentimiento” (Romanos 2:4). Por medio de este arrepentimiento, Dios quiere producir un cambio interior completo en el creyente, abrir su corazón y sus pensamientos para recibir su amor y su perdón en Jesús.
Jesús dice a todos los que tienen miedo del futuro, a todos los hombres: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Los que han creído en él no tienen nada que temer de este mundo, pues están bajo la protección de Dios, quien les dice: “Bienaventurados sois… no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis” (1 Pedro 3:14).
Deuteronomio 4:25-49 – Juan 4:1-30 – Salmo 115:1-8 – Proverbios 25:1-3