La Buena Semilla: Martes 4 Julio
Martes
4
Julio
La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 6:23
La ira de Naamán
Leer 2 Reyes 5:1-14

Naamán, general del ejército del rey de Siria (900 años a. C.), estaba muy enfermo. Tenía lepra, una enfermedad incurable en esa época. Fue enviado a Eliseo, el profeta de Israel, quien, según le dijeron, podía curarlo.

Eliseo no le rindió los honores debidos a su rango, y le envió un mensaje que él, Naamán, consideraba inaceptable: “Ve y lávate siete veces en el Jordán… y serás limpio”, es decir, curado. Su enojo fue aún mayor porque él pensaba que el profeta vendría y trataría su enfermedad personalmente. Estaba dispuesto a pagar mucho para que el profeta interviniera. No quería esta solución, la cual consideraba ilógica y demasiado simple. Sin embargo, sus siervos lo persuadieron para que hiciera lo que el profeta le había dicho. Entonces se sumergió siete veces en el Jordán y quedó completamente curado.

Una enfermedad peor que la lepra nos afecta a todos: el pecado, que conduce inexorablemente a la muerte. Jesucristo atravesó la muerte en nuestro lugar. Murió para obtener nuestra curación. Para él las horas pasadas en la cruz significaron terribles sufrimientos; para nosotros son la liberación de todo el mal que hay en nosotros y que nos separa de Dios. ¿Qué debemos hacer para ser sanados? Simplemente aceptar la liberación hecha por Jesucristo. Él no espera nada a cambio; no nos pide participar en nuestra curación.

“Aun estando nosotros muertos en pecados, (Dios) nos dio vida juntamente con Cristo… Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:5, 8-9).

Daniel 6 – 1 Juan 5 – Salmo 78:56-65 – Proverbios 18:18-19