La Buena Semilla: Sábado 27 Mayo
Sábado
27
Mayo
(La semilla) que cayó en tierra buena, son los que con corazón leal y bueno, habiendo oído la palabra, la retienen, y llevan fruto con paciencia.
Lucas 8:15, V. M.
El fruto del Espíritu (5)
La paciencia

Este aspecto del fruto del Espíritu, la paciencia, es el primer carácter del amor citado en la primera carta a los Corintios, capítulo 13:4: “El amor es sufrido” (o paciente).

En el original, la palabra traducida por “paciencia” no se refiere tanto a esperar, sino más bien a soportar las situaciones y a las personas difíciles. ¡Pero cuidado! Ser paciente no significa cerrar los ojos ante el maltrato y las agresiones.

La paciencia no significa dimitir; es esa fuerza tranquila que conserva la esperanza en vista del bien. Si parecemos pacientes, pero «ardemos» interiormente, esa no es la paciencia del Espíritu Santo. Esta paciencia permite vencer la frustración, la irritación o el desánimo ante la aparente esterilidad de nuestros esfuerzos.

La paciencia nos permite madurar, enseñándonos a dejar que el Espíritu obre en nosotros cuando y como sea necesario. También nos enseña a perseverar en la confianza hasta que lleve su fruto. Así la paciencia tendrá “su obra completa” (Santiago 1:4).

La Palabra de Dios nos anima a tener “toda paciencia y longanimidad; con gozo” (Colosenses 1:11). La paciencia no se caracteriza por la tristeza; no es pesada como una carga; ella nos anima a sembrar sin cansarnos, a veces sufriendo, pero siempre contando con el Señor, el dueño de la cosecha.

“Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).

(continuará el próximo sábado)

1 Reyes 21 – Romanos 5 – Salmo 64 – Proverbios 16:7-8