La Buena Semilla: Sábado 23 Julio
Sábado
23
Julio
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
1 Corintios 6:18
Huye también de las pasiones juveniles.
2 Timoteo 2:22
Una sola solución: huir

Dios nos exhorta a resistir al diablo (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:9). Es importante prepararse para esta lucha tomando “toda la armadura de Dios” (Efesios 6:13). Pero hay un ámbito en el cual no debemos tratar de resistir, y donde la única salida es huir: el de la tentación sexual. Dios nos creó, sabe cuáles son nuestros límites, y nos ordena expresamente huir de todas las situaciones que nos expondrían a cometer el pecado de la fornicación, es decir, de una relación sexual fuera del matrimonio.

El ejemplo del rey David es instructivo (2 Samuel 11). Se atrevió a mirar de lejos a la mujer de Urías, y sucesivamente se convirtió en adúltero y luego en asesino. Es preciso velar tanto sobre nuestras miradas como sobre nuestros pensamientos, a fin de no dar ocasión a nuestra codicia de producir sus malos frutos. Esto es aún más relevante ahora que el diablo utiliza cada vez más medios para hacernos caer: revistas, películas, videos, sitios en internet…

Imitemos más bien a José, ese hombre cuya vida nos describe el Antiguo Testamento: cuando sin buscarlo se halló en una situación peligrosa, no dudó en huir diciendo: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:7-23).

Estemos atentos; Satanás, el enemigo de nuestras almas, está empeñado en destruir nuestra vida y nuestro testimonio a través de esta clase de mal. No le demos ninguna ventaja. Velemos, pues, para andar cuidadosamente, “no como necios sino como sabios… porque los días son malos” (Efesios 5:15-16).

Números 32 – Lucas 9:1-20 – Salmo 87 – Proverbios 20:1