La Buena Semilla: Sábado 8 Enero
Sábado
8
Enero
Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.
Salmo 147:3-5
El corazón destrozado y las estrellas

¡Qué maravilloso espectáculo ver el cielo estrellado en una noche clara! Nos sentimos minúsculos, insignificantes bajo este deslumbrante marco. A pesar de que nuestra vista es limitada, los grandes telescopios han mostrado que las nebulosas, consideradas siempre como nubes de gas, a veces están compuestas por un gran número de estrellas. Partículas de estrellas, innumerables soles y muchos otros cuerpos celestes iluminan nuestra tierra… A escala del universo, la misma tierra es una mota flotando en el inmenso espacio celeste.

Algunas veces contemplé ese cielo estrellado en plena noche, durante mis insomnios, con el corazón destrozado por un gran sufrimiento, y levanté mis ojos llenos de lágrimas hacia esa bóveda refulgente. Un Dios tan grande, el Creador de este universo, ¿puede ocuparse verdaderamente de un corazón destrozado por el sufrimiento?

Entonces recordé las maravillosas palabras del salmo 147 arriba citado, y mi corazón se tranquilizó. ¡Sí, Dios me tiene en cuenta! Su grandeza no le impide pensar en mí, que no soy más que una pequeña criatura. Tengo la convicción de que ese Dios que creó el universo también desea ocuparse de un corazón adolorido. Puedo repetir suavemente estas palabras: “Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”. Sé que lo hará.

Mis circunstancias no han cambiado, pero vuelvo a la cama tranquilo. Dios se acercó a mí. Es un Dios presente, un Dios poderoso, y su ternura es infinita.

Génesis 9 – Mateo 6:19-7:6 – Salmo 5:8-12 – Proverbios 2:10-15