La Buena Semilla: Martes 4 Enero
Martes
4
Enero
Sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
Mateo 9:2
“Tus pecados te son perdonados”
Leer Mateo 9:1-8

Al leer este texto quizá le sorprenda la primera frase que Jesús dijo al paralítico. ¿Por qué le perdona sus pecados? ¿No debería más bien curarlo? Este hombre era primeramente un paralítico, aunque también era un pecador. ¡Pero la mayor parálisis no es la que nosotros creemos! Es la provocada por el pecado, que altera nuestra personalidad y nos encierra lejos de Dios.

Para algunos testigos de la escena esta palabra de Jesús era una blasfemia. ¿Quién se cree?, pensaban ellos. ¡Solo Dios puede perdonar pecados! En efecto, si Jesús puede perdonar es porque él es Dios. Resolvió la cuestión dando una señal de su autoridad divina: “El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate” (Mateo 9:6). ¡Dicho y hecho! El hombre se levantó. Ya no era un paralítico, sino un hombre de pie. ¡El perdón de Dios nos levanta, nos hace libres!

El Evangelio nos dice que somos pecadores, y debemos aceptarlo, aunque sea duro escucharlo. ¡Pero el resto de su mensaje es maravilloso! Dios perdona el pecado y lo borra. Cada ser humano puede apropiarse de esta afirmación extraordinaria: “Tus pecados te son perdonados”. Estas palabras siempre son actuales, ¡recibámoslas! Entonces Jesús también podrá decirnos: “Levántate y anda”.

Así, gozosos, podremos ir hacia los demás y dar testimonio de las maravillas que Dios hizo por nosotros.

Génesis 4 – Mateo 4 – Salmo 3 – Proverbios 1:20-23