La muerte, que no perdona a nadie y puede llegar en cualquier momento, naturalmente es considerada como la peor cosa que puede ocurrir. A menudo es un tema tabú y da miedo, pero también suscita muchas preguntas. ¿Qué sucede después? Algunos creen que es más razonable, o más tranquilizador, decirse que no hay nada después de la muerte. Para otros, que prefieren imaginar que sus seres queridos continúan existiendo después de la muerte, hay otra vida… pero ¿cuál?
Los cristianos confían en lo que la Biblia dice sobre la muerte y el más allá, porque este Libro contiene el testimonio de alguien que resucitó: Jesucristo. Él había anunciado que volvería a la vida después de su muerte (Mateo 16:21). Pocas personas lo creyeron.
Sin embargo, sus allegados pudieron constatarlo: Jesús, muerto en una cruz y colocado en una tumba, resucitó de entre los muertos al tercer día, antes de ser llevado al cielo (Lucas 24:51).
La confianza en la Palabra de Dios, que no puede mentir, quita toda incertidumbre sobre el más allá, y da seguridad al creyente. Saber que Jesús triunfó sobre la muerte le da la certeza de que su existencia no se acaba en la tumba, y menos en el infierno. Todos los que aceptan a Jesús como su Salvador pasarán la eternidad con él. Lo prometió: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.
“Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:29).
Éxodo 2 – Hechos 3 – Salmo 24:1-6 – Proverbios 10:3-4