La Buena Semilla: Jueves 28 Septiembre
Jueves
28
Septiembre
Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
Salmo 37:25
Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes.
Salmo 92:14
La etapa de la vejez
Leer Eclesiastés 12:1-8

A la edad de 83 años, el evangelista Stanley Jones quedó paralítico tras sufrir un derrame cerebral. Sin embargo, pudo dictar el siguiente texto: «Mi fe ha sufrido muchas heridas, pero bajo las cicatrices que quedan no encontrarás ninguna duda. Pertenezco a Cristo con cada fibra de mi ser. A los 83 años estoy aún más emocionado de pertenecer a él que cuando me uní a él a los 18 años».

El libro del Eclesiastés describe la vejez de una forma gráfica, haciendo énfasis en algunas partes del cuerpo que se han debilitado más:

– Las manos: “Temblarán los guardas de la casa”.

– Los ojos: “Se oscurecerán los que miran por las ventanas”.

– Los oídos: “Por lo bajo del ruido de la muela”.

A menudo la vejez es un período difícil, debido a la pérdida de ciertas facultades y de la debilidad del cuerpo. Pero para el cristiano, la perspectiva del gran encuentro con su Salvador es cada vez más presente y alentadora. También valora más que nunca el amor y la paciencia con que Dios le ha rodeado, un Dios que es su Padre, siempre fiel a sus “preciosas y grandísimas promesas” (2 Pedro 1:4). Puede mostrar a los suyos y a los que le rodean la felicidad que posee, y orar por ellos. Y si sus fuerzas y facultades disminuyen, también puede experimentar que el hombre “interior no obstante se renueva de día en día” (2 Corintios 4:16).

Si la esperanza cristiana aún no ha iluminado su vida, ahora está a su alcance: crea en Jesús.

Oseas 13-14 – Filipenses 3 – Salmo 107:33-43 – Proverbios 24:8-9