Quizás usted nunca ha abierto una Biblia. ¿Cree que este libro no le concierne? Queremos presentarle un resumen muy breve de su contenido.

La Biblia nos muestra primeramente la sabiduría perfecta del Creador, luego describe la entrada del pecado en el mundo por la desobediencia del hombre a su Creador. Seguidamente muestra las malas acciones de los hombres. Pero su tema central es revelar a Aquel que trajo la solución divina al problema del pecado, cuya consecuencia es la separación entre Dios, nuestro Creador, y nosotros, sus criaturas. Esto es trascendental para nuestra vida, ya que “todos pecaron” (Romanos 3:23).

Para aceptar a Cristo como nuestro Salvador, primero debemos reconocer nuestro estado pecaminoso. Porque si no fuéramos pecadores, no habría culpa, ni juicio, ni necesidad de un abogado, ni de un Salvador, ni de creer en Jesucristo. Sin embargo, no es así; este no es su caso ni el mío, pues no hay hombre justo, “ni siquiera uno” (Romanos 3:12). El hombre ha utilizado muchos medios: religiones, costumbres, ritos, leyes o prohibiciones, con la esperanza de hacerse mejor. Pero nada ha podido resolver el problema del pecado. Solo el amor y la gracia de Dios ofrecen la solución. El terrible problema de la separación entre Dios y los hombres se resolvió con el sacrificio de Jesús, el Hijo de Dios, en la cruz, pero solo para aquellos que lo aceptan como Salvador y Señor. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).