La Buena Semilla: Sábado 25 Febrero
Sábado
25
Febrero
Dos cosas te he demandado… Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario. No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es el Señor? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.
Proverbios 30:7-9
Una sorprendente oración

¿Quién pone en duda que la vida en la tierra es más fácil para los ricos y los que tienen salud que para los pobres y los que están enfermos? Sin embargo, el libro de los Proverbios nos muestra la oración de Agur, la cual contrasta con este principio. Él se presenta con estas palabras: “Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, ni tengo entendimiento de hombre” (Proverbios 30:2-3). Pero pide a Dios que le dé, mientras viva en la tierra, dos cosas que para él son de gran importancia.

– En primer lugar, no pide buena salud, sino: “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí”. Desea que Dios lo guarde del mal, porque desconfía de sí mismo. Y este hombre, que se siente ignorante y sin entendimiento, comprendió que “el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia” (Job 28:28).

– En segundo lugar, no pide riquezas, sino: “No me des pobreza ni riquezas”. Teme que la pobreza lo lleve a maldecir a Dios, y que la riqueza lo lleve a olvidarlo…

El mundo que nos rodea nos confirma que Agur tenía razón. Muchos pobres hacen a Dios responsable de su estado, y muchos ricos viven sin él… Por medio de su oración, Agur muestra que posee valores más seguros que los que rigen la vida de nuestras sociedades. Tiene a Dios como referencia y considera todo desde este ángulo. Esto hace a este hombre admirablemente sabio e inteligente, su alma goza de buena salud y es “rico para con Dios” (Lucas 12:21).

2 Samuel 18 – Hechos 8:1-25 – Salmo 26:8-12 – Proverbios 10:17-18