La Buena Semilla: Domingo 19 Febrero
Domingo
19
Febrero
Jesús… anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo.
Hechos 10:38
Por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
Juan 8:2
Jesús – su abnegación (7)

En la tierra no hubo otra persona más abnegada que Jesús. Lleno de compasión, compartía incansablemente los sufrimientos de las personas que encontraba en su camino. Nunca pensaba en sí mismo, en su propia comodidad o cansancio. La gente podía ir a él a cualquier hora del día o de la noche; él no despreciaba a nadie:

– Recibió a un jefe religioso que, por miedo, fue a él de noche. Respondió a sus preguntas y le enseñó cosas maravillosas (Juan 3).

– En pleno mediodía se sentó al borde de un pozo, pues tenía un mensaje de salvación para una mujer con un corazón sediento (Juan 4).

– Al final de un día agotador le llevaron enfermos y personas poseídas por demonios. Incansablemente echó fuera a los malos espíritus, sanó a los enfermos y recibió a los necesitados (Mateo 8).

– Sus discípulos regresaron de una misión y tenían muchas cosas que contarle. Él les propuso ir a un lugar tranquilo para descansar, pero la multitud descubrió a donde iban y llegó antes que ellos. En vez de rechazarla, Jesús, “al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36); las recibió y las alimentó.

Los sufrimientos y las necesidades de aquellos con quienes se encontraba nunca dejaban a Jesús indiferente. Siempre abnegado, tenía una respuesta para cada persona. Solo él cumplió el mandamiento de la ley: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18).

(continuará el próximo domingo)

2 Samuel 12 – Hechos 4 – Salmo 24:7-10 – Proverbios 10:5-6