En el evangelio de Mateo encontramos cuatro veces esta palabra en boca de Jesús: “Venid”. La primera invitación: “Venid en pos de mí”, es decir, “sígueme”, fue dirigida a dos hermanos, Simón Pedro y Andrés (Mateo 4:19). ¡Qué poder en este llamado de Jesús! ¡Ellos dejaron todo y le siguieron!
Y a mí, Señor, ¿qué me impide ir a ti? ¡Concédeme la felicidad de vivir por la fe contigo!
La segunda invitación de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados” (Mateo 11:28) ¡es tan hermosa! Se dirige a todos los que están cargados con los problemas, las inquietudes, la culpa, las tristezas, cansados de empezar cada vez de nuevo… Jesús agrega: “Y yo os haré descansar”. Un descanso experimentado por una fe simple y total en su amor y su poder.
La tercera invitación se halla en la parábola del rey que convidó a sus amigos a la boda de su hijo (Mateo 22:4). Aquí es Dios quien nos invita a entrar en el gozo de su reino, creyendo en el Señor Jesús. Él ha preparado todo; nosotros solo tenemos que aceptar.
Por último, la cuarta invitación: “Venid”, se refiere a un tiempo futuro, cuando Jesús vuelva en su reino (Mateo 25:34). Será el tiempo cuando él dirá a los que hayan creído en él: “Venid”. Pero a los que hayan rechazado su invitación, la cual aún hoy dirige a cada uno de nosotros, les dirá: “Apartaos de mí”.
“El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).
Jeremías 48:1-27 – 2 Corintios 4 – Salmo 105:37-45 – Proverbios 23:13-14