La Buena Semilla: Viernes 9 Septiembre
Viernes
9
Septiembre
El Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.
Marcos 16:19
Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.
Hebreos 10:12
Él está sentado, ¡qué descanso para nosotros!

El evangelio de Marcos presenta a Jesús bajo el carácter de un siervo consagrado a Dios. Y termina mostrándonoslo recibido en el cielo, sentado a la diestra de Dios. Había terminado la obra que Dios le había confiado (Juan 17:4-5). Se sentó, pues, como un siervo que puede descansar porque ha terminado su trabajo. No es una situación provisional, se sentó “para siempre”, es decir, perpetuamente.

Si Dios hizo sentar a Jesús a su diestra, fue porque su sacrificio en la cruz lo satisfizo. Haciéndolo sentar en este lugar de honor, Dios declaró que la obra de la cruz era suficiente, perfecta. Ahora, Dios puede perdonar y salvar a todo aquel que cree en Jesús. El hecho de que Jesús esté sentado tiene un alcance inmenso para el cristiano, constituye el fundamento de su paz. Jesús “es nuestra paz” (Efesios 2:14).

Si queda en mí la mínima duda concerniente a mi salvación, al hecho de ser liberado de toda condenación, esa duda desaparece cuando por la fe veo a Jesús sentado a la diestra de Dios. El problema de mis pecados está solucionado. Jesús los llevó sobre sí mismo cuando murió en la cruz. Si no los hubiera expiado completamente delante de Dios, mi Salvador no estuviera sentado. Pero, porque él está sentado, yo puedo estar en paz. Si Dios se declara satisfecho, yo puedo estar perfectamente tranquilo.

Señor, te vemos allá arriba en la luz

A la diestra de Dios. Tu glorioso reposo es la perfecta paz de tus amadas ovejas.

Jeremías 41 – 1 Corintios 15:1-28 – Salmo 104:19-26 – Proverbios 22:29