El 3 de abril de 2015, un día después del asesinato de 148 estudiantes en Kenya, la mayoría de ellos cristianos, Ciku Muriuki, locutora de radio en ese país, dirigió estas palabras a los autores de la masacre:
–Ustedes admitieron ser los autores de la muerte de 148 estudiantes. Estoy triste por todas esas familias que perdieron a sus seres queridos. Supongo que escogieron a propósito este tiempo de Pascua en el que Cristo dio su vida por todos, incluso por ustedes. Quizá se burlen de esto… otros ya lo hicieron antes que ustedes. Aquel día una multitud enardecida insultó a Jesús pidiendo su muerte. Soldados romanos le escupieron la cara, lo golpearon, pusieron una corona de espinas en su cabeza y lo clavaron en una cruz. ¡Sin embargo, habían visto sus milagros y escuchado sus palabras! ¿Por qué actuaron con tanta crueldad? Jesús miró a sus asesinos y oró por ellos: “Padre, perdónalos”. Nadie mató a Jesús. Él dio su vida voluntariamente. ¡Pagó un precio infinito por nosotros que pecamos por ignorancia, o incluso deliberadamente!
Cristo también murió por ustedes, que mataron a mis hermanas y hermanos cristianos. ¡Yo los perdono! ¡Sí, escucharon bien: los perdono! Así como su corazón está lleno de odio, yo quiero llenar el mío de amor, como Jesús… ¡Él murió, pero resucitó! Los estudiantes que ustedes masacraron también resucitarán, pues Jesús prometió la vida eterna a todos los que creen en él… Cristo también murió en la cruz por ustedes, para salvarlos, si se arrepienten.
Ezequiel 31 – 1 Tesalonicenses 2 – Salmo 40:6-12 – Proverbios 13:4