En la epístola a los Filipenses el apóstol Pablo comparte sus experiencias de la vida cristiana. Esta senda está resumida en una Palabra: Jesucristo. Esto lo vemos en cada capítulo de tan maravillosa epístola:
1. El Señor Jesús es el centro y el objeto de la vida cristiana: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).
2. El Señor Jesús es el modelo para el cristiano: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Filipenses 2:5-8). Aquí, “sentir” quiere decir “manera de pensar”. ¿Cuál era la manera de pensar del Señor Jesús? La obediencia y la sumisión. Glorificó a Dios humillándose.
3. El Señor Jesús es la meta de la carrera del cristiano: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). Hebreos 12:2: No mirar ni a la derecha, ni a la izquierda, ni atrás.
4. Cristo es la fuerza de la vida del cristiano: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). En 2 Corintios 12:9 dice: “Bástate mi gracia”. ¡Hay Alguien que nos da fuerza! “Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice el Señor; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice el Señor, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice el Señor de los ejércitos. Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis” (Hageo 2:4-5). El Señor Jesús mismo, su Palabra y su Espíritu están con nosotros.
Deuteronomio 22 – Juan 13:1-20 – Salmo 119:65-72 – Proverbios 26:11-12