La Buena Semilla: Martes 25 Abril
Martes
25
Abril
Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Salmo 14:1
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:18
Bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Juan 20:29
Creer y ver (3)

Oímos decir a veces: «¡Yo soy como Santo Tomás, solo creo lo que veo!». Aunque se dice con cierto humor, dicha frase es incluso peligrosa. ¿Negamos la existencia de los virus o de los átomos porque nunca los hemos visto? De hecho, Tomás se equivocó cuando no quiso creer que los apóstoles habían visto a Jesús resucitado. Si somos como Tomás, también estamos equivocados. Pero él reconoció su error y exclamó en presencia de Jesús: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28).

Abramos los ojos y contemplemos a Dios en la creación. “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo” (Romanos 1:20). Por ejemplo, una puesta del sol, un cielo estrellado, una flor, el extraordinario mecanismo del cuerpo humano, la armonía de las leyes físicas…

Dios también se revela a nuestra conciencia; cada uno de nosotros oye su voz, un día u otro, sobre todo cuando actuamos mal. Por supuesto, es posible ignorar esta voz interior y endurecernos, es decir, hacernos cada vez más insensibles al mal, y eso es peligroso…

Dios nos habla de muchas maneras, sobre todo mediante su Palabra. Leamos la Biblia, especialmente los evangelios, que son el testimonio de los que vieron a Jesús y vivieron con él. Dios se reveló en la persona de Jesucristo, quien dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

(fin)

Ezequiel 47 – Marcos 1:21-45 – Salmo 48:9-14 – Proverbios 14:13-14