La Buena Semilla: Jueves 20 Abril
Jueves
20
Abril
Si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos.
2 Corintios 4:3-4
Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Juan 9:25
El ciego sanado

La Biblia narra el encuentro de Jesús con un hombre ciego de nacimiento. Ese hombre mendigaba, pues no podía trabajar. Su situación era triste, ya que los médicos no tenían remedio para su ceguera (Juan 9:32). Pero Jesús amaba a este ciego. Se acercó a él y quiso sanarlo.

Como ese mendigo, muchos seres humanos son espiritualmente ciegos, pues no conocen a Dios ni sus pensamientos. Rehúsan creer en el Creador y quieren vivir a su antojo, como si Dios no existiese. ¡Qué ultraje para él!

Sin embargo, Dios ama a todos los hombres. Él sacrificó a su Hijo Jesucristo por ellos, quienes son culpables ante él y merecen una condenación eterna. Aún hoy Dios los busca, los llama y les ofrece su perdón. Desea abrir sus ojos y darles la vida eterna por medio de Jesús y junto a él. Por amor quiere que sean sus hijos eternamente.

Para curar al ciego, Jesús puso lodo en sus ojos y le mandó lavarse. Por medio de esta petición probó su fe. El ciego obedeció, mostrando así que creía en la palabra de Jesús. Se lavó los ojos: ¡y el milagro se produjo! ¡Podía ver, acababa de ser sanado!

¿Sabe usted que Jesús desea abrir los ojos de su corazón?

“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9). Jesús mismo dice: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas” (Juan 12:46).

Ezequiel 42 – 1 Pedro 5 – Salmo 46:1-3 – Proverbios 14:3-4