Marcos y Julián son dos jóvenes cristianos con caracteres muy diferentes. Uno es deportista y pasa las tardes entrenando; el otro prefiere quedarse tranquilo en casa, sin hacer ninguna actividad física. Cada uno analiza de forma muy diferente el versículo arriba citado:
– Marcos se centra en la palabra “provechoso” y no le da importancia a la expresión “para poco”.
– Julián insiste en la expresión “para poco”, a fin de excusar su pereza.
¡Cada uno insiste en la parte del versículo que más le conviene!
Marcos debería reflexionar en la continuación del versículo: “La piedad para todo aprovecha”. La piedad es un ferviente apego a Dios. Cuando uno hace deporte todas las tardes, le queda poco tiempo y energía para leer la Biblia y orar… Dar al deporte el primer lugar para el bien de nuestro cuerpo, puede ser perjudicial para nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios.
Julián haría bien en tener en cuenta que el ejercicio físico es útil, incluso si “para poco es provechoso”, pues él es responsable de cuidar su cuerpo.
Cristianos, es fácil retener de la Palabra lo que nos conviene. Sometamos nuestros pensamientos a ella, ¡en vez de someter la Palabra a nuestros pensamientos! Leámosla cuidadosa y completamente. Dejemos que ella regule nuestras vidas y nuestro tiempo. ¡Esta es la manera de tener una buena salud en todos los ámbitos!
Ezequiel 40:1-23 – 1 Pedro 2:11-25 – Salmo 45:1-5 – Proverbios 13:22-23