Esta pregunta apareció recientemente en la portada de un periódico. Ella resuena como un tema de inquietud para muchos. La globalización ha desordenado el comercio y desestructurado las sociedades. El desánimo de los menos favorecidos a veces los conduce al radicalismo y a la violencia. La familia, base de nuestra sociedad, es afectada hasta en su estructura.

La Biblia responde a esta pregunta: “El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17). El mundo va hacia el juicio, porque como sistema organizado por el hombre se opone a Dios. La prueba de esto fue dada cuando Jesús vino a la tierra: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció” (Juan 1:10). Además, los líderes políticos y religiosos de la época lo mataron. Pero antes de morir, Jesús declaró: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:31-32).

Hoy Satanás sigue cegando a los hombres para arrastrarlos al juicio y a la muerte con él. Pero Jesús aún ofrece la salvación a todos los que quieran mirar hacia la cruz. Allí llevó los pecados de todos los que creen en él. Estos no irán a juicio, pues han pasado de la muerte a la vida (Juan 5:24). Esta vida tendrá su plenitud en la gloria con Cristo, eternamente. Así, frente a sus contemporáneos angustiados, el cristiano puede dar testimonio de la paz que disfruta en Jesús, su Salvador.