Ahora mismo hay fiestas por todas partes. A nuestro alrededor se celebra la Revolución, y tú, hijo mío, celebras hoy tu cumpleaños número 17.
En mi celda estoy viviendo mis 43 años de vida cristiana, y hoy celebro el comienzo del octavo año de prueba por mi fe en Jesucristo nuestro Señor.
Es una celebración y una alegría en mi corazón. Doy gracias a mi amado Dios, que me ha considerado digno de estar aquí en la cárcel todos estos años, a causa de mi amor y mi fe en el Señor Jesucristo. Agradezco a mis hermanos y hermanas cristianos que me han apoyado con sus oraciones y su amor, para que la victoria sea del Señor.
Este triunfo es tuyo, Jesús resucitado, Hijo de Dios, nuestro Creador y Redentor.
–Mi querido hijo, ¿alguna vez has llorado toda la noche? Pero cuando llega la mañana, la alegría abunda. Pronto veremos el fruto de las dificultades de nuestra vida y recibiremos la recompensa del Señor.
Esta es nuestra esperanza, la feliz esperanza del regreso de Jesús. Él nos llevará con él al cielo.
Una vez me preguntaron: «¿Qué harás en los días de prueba y estrés?». Esta es mi respuesta: Acepto las dificultades con gozo, porque “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Daniel 2:1-23 – 2 Timoteo 4 – Salmo 77:10-20 – Proverbios 18:8