La Buena Semilla: Sábado 10 Junio
Sábado
10
Junio
El encanto de un hombre es su bondad; y más vale ser hombre pobre que mentiroso.
Proverbios 19:22, V. M.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.
Colosenses 3:12
El fruto del Espíritu (7)
La bondad

El sexto sabor del fruto del Espíritu es la bondad. La bondad es como la firma de Dios, la garantía de que él está presente. “Ninguno hay bueno, sino solo Dios” (Lucas 18:19). De hecho, el Antiguo Testamento habla frecuentemente de la bondad de Dios. David oró: “Porque mejor es tu misericordia que la vida” (Salmo 63:3). Para David, la bondad de Dios era más valiosa que su propia vida. También quiso mostrar una gran bondad, la “misericordia de Dios”, al hijo de Jonatán su amigo, invitándolo a su mesa todos los días (2 Samuel 9).

La bondad, en toda su extensión, encuentra así su fuente en Dios: “Y tuya, oh Señor, es la misericordia” (Salmo 62:12). La bondad se parece a la gracia y guía al hombre pecador al arrepentimiento (Romanos 2:4). En la medida en que gustemos la bondad de Dios, también podremos manifestarla sin ningún sentimiento de superioridad. Seamos simples «canales» a través de los cuales fluye la bondad del Señor, una bondad activa, que se acerca al otro, se pone a su servicio y lo perdona si es necesario. Si este fruto de la bondad estuviera más presente en nuestras vidas, seríamos más sensibles ante los problemas de los demás y les ayudaríamos a llevar sus cargas.

“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”, escribió el apóstol Pablo (Romanos 12:21). Este versículo es un ejemplo de la bondad que se eleva por encima de los resentimientos, el desprecio, el fracaso, y revela el corazón de Dios.

(continuará el próximo sábado)

2 Reyes 11 – Romanos 15:14-33 – Salmo 69:9-18 – Proverbios 17:1-2