Creyendo personalmente en Jesucristo y en su sacrificio recibimos la vida eterna. Entonces, como cristianos, deseamos vivir como Cristo vivió. ¿Es esto suficiente para tener una vida cristiana plena? No. Si usted recibe una hermosa planta, tiene que tener en cuenta las instrucciones para cuidarla. El “labrador” es el Padre (Juan 15). La guía es toda la Biblia. En resumen, he aquí algunas recomendaciones:

– Leer la Biblia. Ella nos muestra a Jesús, nuestro Salvador y Señor, el modelo a imitar. ¿Cómo podemos acercarnos a él sin escucharlo primero al leer la Palabra de Dios?

– Orar y alabar. Es simplemente hablar con Dios, contarle todo sobre nuestra vida y agradecerle por sus bendiciones. Así se establece una relación verdadera y feliz con nuestro Padre en Jesucristo. “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra” (Mateo 11:25). Esta relación era parte de la vida de Cristo.

– Tener comunión con otros cristianos. Como una brasa se apaga si se aleja del fuego, así un cristiano no puede permanecer mucho tiempo sin una relación con sus hermanos en la fe. “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13:34).

– Testificar. Seguir a nuestro Maestro es hablar de nuestro Dios y de la nueva vida que quiere dar gratuitamente a los que nos rodean.

– Vivir en la presencia de Dios. “Plantados en la casa del Señor… florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes” (Salmo 92:13-14).