Algunos científicos creen que nos estamos acercando a una gran extinción de especies. Lo atribuyen a la actividad humana, especialmente a la contaminación y al cambio climático. Otros especialistas piensan que se exagera demasiado sobre el cambio climático, el cual atribuyen a causas naturales. Entonces, ¿cuál es exactamente la amenaza para la humanidad?
La Biblia nos dice que no son estos fenómenos los que ponen en peligro el planeta, sino el comportamiento moral de los hombres. Jesucristo habló del diluvio como de un acontecimiento que sorprendió y destruyó a un mundo despreocupado e incrédulo, excepto a Noé y su familia. Para algunos, esta historia parece inverosímil. Pero Jesús añadió que al final ocurrirá lo mismo. Dios hizo escribir en la Biblia: “Yo hablé, y lo haré venir” (Isaías 46:11). Esta es una advertencia para nosotros que vivimos en una sociedad que se parece, en su indiferencia, inmoralidad e impiedad, a la que habitaba la tierra en tiempos de Noé.
El apóstol Pedro presenta el diluvio como el juicio divino sobre un mundo que rechazó a Dios. Solo los que creyeron en Dios se salvaron (2 Pedro 2:5). Dios nos advierte que el mal aumentará en nuestras sociedades a tal punto que se verá obligado a ponerle fin. En su gran paciencia, antes de juzgar al mundo, Dios sigue esperando que los hombres se vuelvan a Él. Desea que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4).
Job 15 – Hebreos 6 – Salmo 123 – Proverbios 27:17-18