El espíritu permite al hombre estar en relación con Dios. Jesús vivió en una relación permanente y feliz con Dios, su Padre. Sus pensamientos estaban en completa armonía. A menudo lo vemos orando. Oraba con un espíritu de alabanza, confianza, obediencia y sumisión.
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– Justo antes de ir a la cruz, Jesús reunió a sus discípulos para una comida de despedida. Fue la última pascua que celebró con ellos. ¡Cosa terrible, el traidor también estaba con él a la mesa! Sí, Judas estuvo durante tres años en su compañía, y Jesús lo trató como su discípulo y amigo (Mateo 26:50; Salmo 55:13). Pero Judas lo traicionaría por treinta piezas de plata, y Jesús lo sabía. Al pensar en esto,
– Por último, las horas de la crucifixión llegaron a su fin. Jesús clamó: “Consumado es”. La obra que Dios le había encomendado estaba terminada, y el problema del pecado había sido resuelto definitivamente. En perfecta paz, inclinó la cabeza y
2 Samuel 3:1-21 – Mateo 25:1-30 – Salmo 21:1-7 – Proverbios 8:17-21