La Buena Semilla: Sábado 8 Febrero
Sábado
8
Febrero
Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente.
Lucas 15:6-7
Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Jeremías 29:13
Dios le busca

«Un buen día nos despertamos y nos preguntamos cómo hemos podido llegar hasta aquí. ¿A dónde ir?… Nos sentimos perdidos como un niño que no encuentra a sus padres… Tenemos la sensación de no pertenecer al mundo, como si hubiéramos nacido en el lugar y en el momento equivocado… Sin embargo, este sentimiento de estar perdido, por más doloroso que sea, puede leerse como una señal de la gracia divina. Porque así como la sed nos recuerda nuestra necesidad de beber, este sentimiento nos recuerda nuestra necesidad de Dios».

M. R.
Ser conscientes de estar perdidos ante Dios es el primer paso para encontrar la salvación. El segundo es cuando esa misma conciencia nos lleva a buscar a Dios. En una parábola, Jesús preguntó: “¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso” (Lucas 15:4-5). Jesús parte de un hecho sencillo, como la pérdida de una oveja, para hablarnos del amor de Dios que nos busca y se goza al encontrarnos.

Cuando hallamos a Dios por la fe, nuestra sensación de estar perdidos da lugar al gozo de conocerlo. ¡Entonces nuestra vida encuentra su sentido!

Cuando busco a Dios, él ya me está buscando primero. Misteriosamente, nuestra búsqueda de Dios es la prueba de que él se acerca a nosotros.

2 Samuel 2 – Mateo 24:29-51 – Salmo 20:6-9 – Proverbios 8:12-16