La Buena Semilla: Martes 4 Febrero
Martes
4
Febrero
Os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Hebreos 10:36
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Romanos 8:18
Tener paciencia

El cristiano sabe que las tristezas y las pruebas son permitidas por Dios. El Señor es fiel y nos ama, por ello sabemos que cada prueba tiene un objetivo preciso.

Sin embargo, a veces reaccionamos mal porque no discernimos la voluntad de Dios en lo que nos ocurre, y somos demasiado impacientes. ¡Queremos saber cuándo y cómo terminará nuestro sufrimiento!

De hecho, se necesita más fuerza moral para esperar pacientemente el fin de la prueba que para actuar con energía y determinación. Pero esta energía puede conducirnos a empeorar la situación, e incluso llevarnos a un callejón sin salida.

A menudo, si consultáramos a Dios antes de actuar o hablar, le oiríamos decir: “El Señor peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:14). La paciencia es un ejercicio difícil y desagradable porque nos hace sentir impotentes y frustrados, pero es la sumisión a la voluntad soberana y amorosa de Dios.

Sigamos el ejemplo del Señor Jesús. Cuando estuvo en la tierra soportó todo para lograr el objetivo por el cual había venido: perdonar nuestros pecados para que así pudiésemos ir al cielo.

“Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:3-5).

1 Samuel 28:15-29:11 – Mateo 22:1-22 – Salmo 19:1-6 – Proverbios 7:1-5