Adán y Eva desobedecieron a Dios… Si usted cree que en su lugar habría actuado de forma diferente, le invito a preguntarse sinceramente: hoy, miles de años después de ese episodio en la vida de nuestros primeros padres, ¿qué lugar ocupa Dios en su vida? ¿Desea conocerlo, saber lo que piensa? ¿O lo descarta de plano sin hacer muchas preguntas, dejando que otros «respondan» por usted, o incluso imaginando que la ciencia «ya ha resuelto el problema»? Tal vez espera que la Biblia esté equivocada, pero entonces corre un gran riesgo.
No deseamos responder por usted a las preguntas que tenga sobre Dios. Solo queremos invitarle a leer la Biblia, porque ella ha hablado con autoridad durante siglos, y nadie ha podido silenciarla, aunque muchos lo han intentado. ¡Ella afirma lo que es para su bien! ¡Compruébelo usted mismo!
Dios habló a los hombres de muchas maneras. Luego descendió a ellos en la persona de Jesucristo, quien tomó forma humana para hablarles una vez más, y para mostrarles que él es un Dios de amor, el único Dios justo y Salvador. Jesucristo sufrió las consecuencias de nuestra trágica desobediencia. Tuvo que morir en nuestro lugar para que se pudiera restablecer una relación verdadera entre Dios y nosotros.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1-2).
Nehemías 11 – Juan 11:38-57 – Salmo 119:41-48 – Proverbios 26:5-6