En los últimos años se han multiplicado las iniciativas para tratar de salvar el planeta: usar la bicicleta en vez del auto, reciclar los residuos, consumir productos locales, etc.
Es cierto que la tierra sufre las consecuencias de una esclavitud impuesta por el hombre, y la Biblia lo confirma. Los recursos que ella proporciona se están agotando, porque los malgastamos… La deforestación y la extinción de especies animales son el resultado de la mala gestión del hombre. En su Palabra Dios revela las verdaderas causas de este estado. ¡Se hallan en nuestro corazón! El orgullo, la corrupción, el egoísmo, entre otras cosas, producen esta mala gestión que genera sufrimiento en la sociedad y desorden en la naturaleza.
Pronto la naturaleza será liberada de esta esclavitud. “Así dice el Señor de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones” (Hageo 2:6-7). Dios, el creador y preservador de todas las cosas, no permitirá que el hombre destruya completamente esta maravillosa biodiversidad. Él «sacudirá» la tierra con juicios y restaurará todo según sus planes. El gobierno del mundo será confiado a Jesucristo. La tierra será liberada de toda esclavitud durante su reinado de justicia y paz.
Hoy Dios nos invita a volvernos a Jesús, a quien el mundo rechazó hace dos mil años. Quien escucha su Palabra reconoce primero su propia condición, corrompida por el pecado, y luego abre su corazón para recibir a Jesús como único Salvador.
Nehemías 10 – Juan 11:17-37 – Salmo 119:33-40 – Proverbios 26:3-4