Según el diccionario, un cristiano es una persona que se adhiere a las enseñanzas de Jesucristo. Sin embargo, esta definición no da el significado bíblico completo. Esta palabra apareció por primera vez en Antioquía cuando a los discípulos de Jesús se les llamó “cristianos”. El comportamiento de ellos, sus actividades y sus palabras reflejaban el carácter de Jesús, el Cristo, su Maestro (Hechos 11:26). ¿Por qué la conducta de los cristianos difería de la de sus vecinos? Porque ellos creían verdaderamente que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador de los que creen en él.

Hoy en día, la palabra “cristiano” ha perdido gran parte de su significado. A menudo se aplica a una persona religiosa apegada a los valores morales. Personas indiferentes a Jesucristo se consideran cristianas porque asisten a los servicios religiosos. Pero incluso ir a la iglesia, ayudar a los necesitados o ser una «buena persona», a veces solo muestra una apariencia de piedad (2 Timoteo 3:5). El tema esencial es creer en el unigénito Hijo de Dios, el único que tiene el poder de perdonar nuestros pecados y darnos la vida eterna. ¿Ha creído usted en él, es un hijo de Dios?

Si ha aceptado a Jesús como su Salvador personal, Dios ha puesto su sello indeleble en usted: el Espíritu Santo (Efesios 1:13). Usted ha nacido “de nuevo”. La vida de Jesús está en usted. ¡Eso es ser un verdadero cristiano! Entonces, como consecuencia inmediata, desea vivir como Cristo vivió, pero no por simple imitación.