La Buena Semilla: Miércoles 8 Octubre
Miércoles
8
Octubre
(Jesús dijo:) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Juan 15:4
Una vida más coherente

El espía norteamericano Aldrich Ames vendió información a los servicios secretos rusos durante nueve años, antes de ser descubierto. En la cárcel, cuando le preguntaron cómo había podido dar los nombres de los agentes americanos, enviándolos así a la muerte, respondió: «Me acostumbré a repartir mis emociones y mis pensamientos en cajas separadas. Así evitaba pensar en ello». Este hombre había dividido su vida en dos compartimientos herméticos: miembro de la CIA y agente ruso.

Sin alcanzar tales proporciones, nosotros también podemos llevar una vida fragmentada. Ponemos nuestras convicciones cristianas en una caja cerrada al resto de nuestra vida. Somos cristianos los domingos, y el resto de la semana vivimos como si no tuviéramos fe.

La fuerza y la belleza de la vida cristiana consiste en ser coherente con nuestra fe. Esta vida se construye sobre nuestra relación con Dios, el Padre, a quien conocemos por medio de Jesucristo. Se trata de abrirnos totalmente al Señor Jesús para que él sea el centro de toda nuestra vida. Para ello es necesario, según sus palabras, permanecer en él, como el sarmiento está unido a la vid. Los sarmientos reciben de la vid la savia vital, así crecen y dan fruto. Permanecer en Jesús significa, pues, estar unido a él para recibir de él, cada día, vida, amor, pureza, compasión, y fuerza para manifestar todas estas cosas.

¡Señor, haz que te ame con todo mi corazón y que permanezca en ti!

Esdras 4 – Juan 3:1-21 – Salmo 113 – Proverbios 24:28-29