Muchos admiran la belleza de la vida de Cristo y aprecian la moral cristiana, pero rechazan la idea de ser liberados de sus pecados. Cada ser humano necesita, no un código de reglas morales, sino ser liberado de su culpa ante Dios. No necesita mejorar su condición de pecador, sino una nueva vida. Solo el sacrificio de Cristo en la cruz responde a mis necesidades, a mi condición de pecador. Alguien dijo:
–No me gusta su predicación, no me gusta la cruz. En lugar de predicar la muerte de Cristo, predique a Cristo como un modelo a seguir.
–En verdad, no hay un modelo mejor que Cristo. Pero si lo predico como ejemplo, ¿estaría usted dispuesto a seguirlo?
–¡Por supuesto!
–Bien, este es el primer paso para los que desean seguirlo: él no tenía pecado…
–Ah, yo no puedo decir que no tengo pecado, debo admitir que soy un pecador.
–Primero debemos tener a Cristo como Salvador, antes de tenerlo como modelo.
Este es el orden que corresponde al desarrollo normal de la vida cristiana. El apóstol Pablo lo presenta así:
– En primer lugar,
– En segundo lugar,
Esdras 3 – Juan 2 – Salmo 112 – Proverbios 24:27