La historia de Judas termina trágicamente y nos interpela. Pero la historia de Simón Pedro anima a todo creyente.

Simón declaró que amaba a Jesús lo suficiente como para ir con él hasta la muerte (Lucas 22:33). Pero Jesús le advirtió que lo negaría tres veces… Y sucedió lo que Jesús había anunciado: Simón negó a Jesús tres veces en una noche.

Jesús no actuó con Pedro como Satanás lo hizo con Judas, pues oró por él anticipadamente. En cuanto Pedro lo negó, Jesús lo miró con amor. Después de su resurrección, se ocupó de su discípulo. La continuación de la historia demuestra que la relación de Simón con Jesús era real, que había sido restaurada.

Amigos cristianos, tenemos el mismo Maestro que Simón. ¿Nos hemos equivocado y no hemos hecho caso a las advertencias de Jesús? ¿Hemos pensado que podemos hacer frente a las dificultades con nuestros propios recursos… y todo salió mal?

Jesús es un Maestro bueno y fiel que nunca nos abandonará. Pagó un alto precio en la cruz para tenernos con él en la felicidad eterna. ¡Él nos ama! Incluso en los peores momentos, siempre hay esperanza para los que pertenecen a Jesús.

En su epístola, Simón Pedro se autodenomina “siervo y apóstol de Jesucristo” (2 Pedro 1:1). Esta relación era un privilegio y un título de gloria para él. Terminaría como un mártir, dando efectivamente su vida por su amado Maestro.

No nos dejemos engañar por Satanás; él no quiere nuestro bien. Confiemos nuestra vida a Jesús. ¡Qué bendición es pertenecerle!