La Buena Semilla: Viernes 21 Marzo
Viernes
21
Marzo
Vuélvete, oh Señor, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.
Salmo 6:4
Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos.
1 Timoteo 2:5-6
¿Necesito un Salvador?

Creo verdaderamente en Dios, admito que el evangelio es verdadero, acepto las evidencias de la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. ¿No es suficiente? No, para ser salvo también es necesario sentir la necesidad de ser liberado de sus pecados. Entonces, ¿quién puede salvarme del castigo que merezco por mi propia culpa? ¿Quién puede responder a la ofensa hecha a Dios cuando el hombre crucificó a Jesús, el justo, el enviado y amado Hijo de Dios el Padre?

El amor de Dios responde: ¡Solo Jesús!

Aquel a quien los hombres despreciaron, odiaron, rechazaron y crucificaron, solo él, la víctima santa y pura, pudo llevar en la cruz el castigo que nosotros merecíamos por todos nuestros pecados.

Para ser salvos debemos mirar a Jesús, cuyo nombre significa Dios Salvador. Cuando somos salvos podemos tener la plena certeza de que creyendo en su nombre tenemos una perfecta liberación de todo el mal que hay en nuestro corazón. Y, además, ahora nuestro corazón puede llenarse con los dones que Jesús mismo nos otorga. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27), dijo a sus discípulos antes de ir a la cruz.

“El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23).

Ezequiel 16:35-63 – Hechos 22:22-23:11 – Salmo 35:9-14 – Proverbios 11:31